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LENGUAJE Y COMUNICACIÓN

NARRACIÓN

La narración consiste en contar o narrar una serie de sucesos, reales o imaginarios protagonizados por unos personajes en un espacio y un tiempo determinados.

El narrador o punto de vista

 Narrador protagonista
 Interno 
  Narrador personaje secundario
Narrador  
  Omnisciente
 Externo 
  Observador
Cuando el relato se hace desde dentro de la historia porque uno de los personajes la cuenta, estamos ante un narrador interno o en primera persona. Este personaje que cuenta la historia puede ser el protagonista, en cuyo caso estamos ante un relato autobiográfico, o también un personaje secundario.
Cuando la historia se cuenta desde fuera porque el narrador no participa en ella, estamos ante un narrador externo o en tercera persona. Hay que distinguir aquí dos tipos: el narrador omnisciente y el narrador que actúa como mero observador.
El narrador omnisciente se llama así porque actúa como si conociera todas las circunstancias del relato, hasta el punto de saber que es lo que sienten, piensan y sueñan los personajes. Se trata de un narrador subjetivo porque puede manifestar su opinión sobre cualquier aspecto de lo que sucede en el relato.
El narrador observador cuenta simplemente aquello que puede verse o captarse, pero no se introduce en los pensamientos de los personajes. Se trata de un narrador imparcial u objetivo que actúa como lo haría una cámara cinematográfica.

1 A continuación, lee los tres textos siguientes y explica cual es el tipo de punto de vista o narrador que en ellos se utiliza:

"Trasponía el sol las chatas montañas, blancas y negras colinas de Saimor, Cerro de los Palomos y Santa Catalina, volcán. Por la llanura de jables y caliches corrían las sombras de los montes como tres dedos negros. Atrás, lejos aún, venía la sombra grande. la sombra de Timanfaya, que ya no es ni sombra de cordillera. Por allí está la Montaña del Fuego, que es el corazón y permanece caliente como si la isla recién acabase de morir.

Sobre las cenizas del Llano de los Ajaches están las ruinas de San Cristobalón, que fue iglesia o ermita, y de la cual sólo quedan cuatro muros bien desvencijados.

De la figura de don Abel, pocos trazos tenía yo en mi cabeza. [...]

En medio del llano, y tal como me habían dicho, se alzaba un gran cono de cenizas volcánicas, un cráter fósil rodeado de tierras negras y rojas con manchas claras de feldespatos y calizas. [...] Una figura con amplio sombrero de paja trenzado se entretenía en vaciar cubos de agua en una especie de poceta formada con lajas y cal. Estaba de espaldas a mí y se encorvaba para derramar el líquido lentamente. Tenía sobre los hombres a modo de chaqueta, una vieja guerrera de soldado con parches de otra tela en los codos, sin botones, hombreras ni bolsillos. A juzgar por lo que se veía, el vestido parecía aún más viejo y descuidado. Cuando negro pudo ser nuevo, pero ahora, aquella especie de faldón tenía un color entre verdoso, pardo. gris o ceniza que yo nunca he sabido distinguir, porque es el color de los gatos más vulgares. Una tierra rojiza, propia de los contornos, se adhería al ya encartonado tejido. [...]

Le di las buenas tardes pero no me contestó. Ni siquiera se volvió para verme. Continuó un rato echando lentamente el agua en la poceta. Yo me senté a descansar, esperando que me brindase un poco del apreciado líquido [...]".

Rafael Arozarena, Mararía. Interinsular Canaria, S/C de Tenerife. 1983, pp. 189-190.

 

Nico, Nardi y el Mutana se quedaron en su escondite, en tanto que Pipo se acercaba sigilosamente hasta la furgoneta. Tras rodearla, miró por la ventana que daba al muro y comprobó lo que ya suponía. El coche no tenía alarma y, si disponía de ella, la extraña pareja no la había conectado. No se veía, en la oscuridad de la cabina interior, ninguna luz roja ni fija ni intermitente. Pipo Luque sacó de su bolsillo una navajita suiza multiusos que llevaba siempre consigo, la abrió por la parte de la tijerilla e introdujo una de las puntas en la cerradura. Al mismo tiempo. con el codo, dio un golpe seco unos centímetros por debajo de la manija situada justo encima de la ranura en la que estaba hurgando. Estaba chupado: ésa era su especialidad. «Zas». Apenas un chasquido seco. El fechillo del seguro saltó inmediatamente hacia arriba. Con muchísima cautela y muy despacio, Pipo Luque abrió lo suficiente la puerta como para introducirse. con una leve contorsión, en el interior del vehículo...

El Mutana, el Bombillo y el Candiles se esforzaban por ver qué hacía Pipo, pero no lo conseguían. La furgona quedaba debajo de un laurel de enorme copa que tapaba la iluminación de las farolas. [...]

Al veteranísimo fotingo del inspector le costó Dios y ayuda trepar por los empinados caminos de La Matanza hasta llegar, entre resoplidos agónicos del motor, lo más cerca posible de donde tenía lugar el fenómeno. La historia del Bicho de Los Realejos se repetía, según pudo observar Chinea, con total exactitud. El paraje, cerca de la ermita de Las Cruces, al lado justo del endiablado barrancode vertiginosas paredes y profusa vegetación, estaba lleno de coches —no había modo de aparcar— y aparte de los guachinches cercanos, abarrotados de una clientela inusual, se habían instalado todo tipo de negocios ambulantes por los alrededores: hasta una máquina de azúcar algodonoso, además de quioscos de helados, freidurías y los típicos chiringuitos que expandían en el ambiente el fuerte olor de la carne de fiesta. El caso es que, entre el vocerío de los excursionistas, alguna que otra guitarra parrandera, las discusiones y el calor de los envites de cartas, si del fondo del barranco provenía algún ruido inquietante o misterioso, ahora no se podía oír... Chinea encendió uno de sus puros. Se sentía a gusto metido de lleno aunque sólo fuese como observador, en estos tenderetes ajenos al calendario laboral y a los festejos que se montaban, de vez en cuando, las buenas gentes noveleras.

José H. Chela, Pipo Luque y el inspector Chinea. Editorial Santillana (Alfaguara). Madrid, 1996, pp. 89-96-97.

 

"Paulina la miraba de reojo.

Ahora Carmen se había puesto la blusa por encima del traje de baño, recogiéndola con un nudo a la cintura; estaba tendiendo la falda a secar. Oyó a Daniel que la llamaba. Tenía una pinta divertida, el otro, rascándose la nuca y con la cara toda roja de sueño y las marcas de la tierra que se le habían grabado, como una viruela, en la mejilla. Sacó una voz como asustada:

—¿Dónde se han ido todos?

Carmen se sonreía de verlo así.

—Allí están, hombre —le dijo—, allí están, ¿no los ves?"

R. Sánchez Ferlosio, El Jarama.

 

Tema y argumento

El argumento es la sucesión de acciones, hechos o anécdotas que el narrador va contando. Así cuando explicamos el argumento de una película o de una novela, resumimos los hechos más significativos de esa novela o esa película, pero señalando las relaciones lógicas entre ellos.
El tema es aquella idea principal que el autor de una narración ha querido explicar o transmitir.

Estructura

En toda narración suele distinguirse entre estructura interna y estructura externa.

Estructura externa es la forma en que aparece dividida la narración. La unidad formal más común y tradicional en que se divide una narración es el capítulo. Los capítulos, a su vez, pueden agruparse en partes: parte I, parte II, etc.

Estructura interna es la manera de distribuir los sucesos en una narración. En este sentido los relatos suelen presentar tres partes: planteamiento, nudo y desenlace.

En el planteamiento aparecen los elementos y personajes fundamentales y se sitúan los hechos en un lugar y en un tiempo determinados, es decir, se presentan los fundamentos de lo que será la narración.

En el nudo surge y se desarrolla el conflicto. Es el momento de mayor interés, el momento de la intriga.

En el desenlace se resuelve la intriga.

Según el final la estructura puede ser abierta o cerrada.

En una narración de estructura abierta (o final abierto), la acción se interrumpe antes de llegar al desenlace; el lector no sabe como termina el relato y tiene que imaginarse el final.

La estructura cerrada se da cuando la narración tiene un final y no admite otra continuación.

Según el orden en que se narran los hechos puede hablarse de estructura lineal o estructura no lineal.

En la estructura lineal los hechos se suceden siguiendo un orden cronológico.

En la estructura no lineal se rompe el orden cronológico, especialmente para intercalar escenas del pasado en el presente (saltos atrás, saltos adelante, vacíos temporales).

El tiempo

Algunas de las características estructurales (lineal/ no lineal) de la narración tienen que ver con el tiempo. Pero distingamos ahora algunos conceptos relativos al tiempo:

El tiempo de la historia o tiempo histórico se refiere al momento de la historia en que sitúa la acción (el siglo, el año). Abarca desde la primera fecha que se cita en el relato hasta la última. Determina la forma de ser de los personajes.

El tiempo de la narración o del relato es la forma en que se organiza el tiempo de la historia y tiene que ver con su estructura, lineal o no, con los saltos adelante o atrás, con los vacíos temporales y otras manipulaciones.

El ritmo, tiene que ver con la velocidad con que se atraviesa el relato, lo que muchas veces no sólo depende de la capacidad de lectura que tengamos sino de la densidad conceptual de la obra, de la abundancia de descripciones... En general, las obras más descriptivas suelen resultar más lentas.

 


Los personajes y el espacio

Clases de personajes

Según la función que desempeñan y el tiempo que ocupan en el relato distinguimos dos tipos básicos: principales y secundarios.
Los personajes principales son aquellos que ocupan la mayor parte del relato y conducen la acción, los que permiten que la historia se desencadene, avance, retroceda o se estanque. Pueden reducirse básicamente a dos: el protagonista y el antagonista.
  • El protagonista es el personaje en torno al cual gira la acción.
  • El antagonista es el personaje que se opone al protagonista.
(El protagonista no es necesariamente "el bueno", ni el antagonista "el malo".)
Los personajes secundarios ocupan menos espacio narrativo que los principales a los que ayudan a caracterizar gracias a las relaciones que se establecen entre ellos.
 
Según la caracterización, podemos hablar de personajes planos y redondos.
  • Los personajes planos son creados a partir de una idea o cualidad. Su carácter no evoluciona a lo largo de la narración. Son seres simples y típicos: el héroe, la bella, el tonto del pueblo, el malo, el celoso... El lector ya los conoce y sabe cómo actuarán: no tienen posibilidad de sorprenderle. Supermán, por ejemplo, es un personaje plano: está caracterizado por unos rasgos que lo identifican —fuerza, bondad...— y éstos no puden ser desmentidos en la ficción; de lo contrario la identidad del personaje desaparecería.
  • Los personajes redondos son aquellos que no encarnan una cualidad o un defecto. Se definen por su profundidad psicológica y porque muestran en el transcurso de la narración las múltiples caras de su ser. El lector no los conoce de antemano y no sabe cómo actuarán. Evolucionan, cambian a lo largo de la novela, pudiendo llegar a sorprender con su comportamiento. Tienen, como las personas, cosas buenas y cosas no tan buenas.
La caracterización de los personajes puede llevarse a cabo por varios procedimientos: por sus acciones, por las relaciones que establecen con los demás personajes, por su manera de hablar, por su indumentaria, por su nombre...

El espacio

El espacio es el lugar imaginario o real donde suceden los hechos y actúan los personajes.El recurso básico utilizado por el narrador para "pintar" el espacio es la descripción.
La descripción puede ser objetiva o subjetiva, dinámica o estática.
  • Es objetiva cuando se limita a describir un lugar con el mayor realismo posible, de tal manera que lo descrito parezca un fotografía.
  • Es subjetiva cuando el narrador transmite su propia visión de lo descrito, o se hace a través de las impresiones y los sentimientos de un personaje. En ambos casos suele utilizarse una técnica impresionista, es decir, se seleccionan unos cuantos rasgos significativos que permitan dar al lector una imagen de conjunto, sin detenerse en todos los detalles.
  • Es dinámica cuando el punto de vista desde el que se describe se desplaza. Por ejemplo, cuando un personaje va enumerando los elementos del paisaje que se le presentan en un viaje en tren.
  • Es estática cuando el punto de vista del observador permanece inmóvil.

 

Léxico y vocabulario: Variedades sociales de la lengua

Existen diferentes niveles en el uso de una lengua: habla culta, habla coloquial y habla vulgar. Se llaman también variedades sociales de la lengua o registros.
El habla culta (o nivel culto) representa el uso más cuidado de la lengua. Es tenido como modelo de corrección y aparece sobre todo en los textos científicos y literarios.
El habla coloquial (o nivel coloquial) es el que usan habitualmente la gran mayoría de los hablantes de un nivel cultural medio para la comunicación en la vida cotidiana. El habla coloquial constituye la lengua estándar, que es la utilizada, por ejemplo, en los medios de comunicación.
El habla vulgar (o nivel vulgar) es el uso descuidado —y en la mayoría de los casos incorrecto— de la lengua, y se manifiesta en el empleo de vulgarismos.
Como variedad intermedia entre el habla coloquial y el habla vulgar encontramos el habla familiar, que es la que usamos con las personas de nuestra confianza.

2 Clasifica en su nivel léxico correspondiente —culto, coloquial, familiar o vulgar— las palabras siguientes:

electroencefalograma crecer 
coyuntura amoto 
conducí estúpido 
detractor resbalar 
catear cole 
agüelo sexagenario 

3 Relaciona las palabras siguientes según su significado y podrás formar cinco grupos de sinónimos. Después clasifícalos según su nivel léxico:

cara, gordo, cárcel, morir, presidio, rostro, chirona, obeso, fallecer, semblante, grueso, expirar, gordinflón, prisión, fisonomía, diñarla.

 

caran. léxicogordon. léxicocárceln. léxicomorirn. léxico
        

 

4 A cada palabra de la columna de la izquierda le corresponde un sinónimo culto y otro familiar de los que a continuación aparecen. Colócalos en su lugar para completar el cuadro.

Barriga, chucho, obstinado, fragmento, ingerir, cabrear, largarse, can, zampar, cacho, abdomen, cabezota, enojar, ausentarse.

 

Coloquial Culto Familiar
trozo

perro

tozudo

enfadar

vientre

comer

marcharse

  

 

5 Corrige los siguientes vulgarismos:

cocreta arradio 
abujero metereológico 
almóndiga me se olvidó 
ventiuno périto 
cacagüete diabetis 

6 Subraya y corrige los vulgarismos que encuentres en estas frases:

¿Estuvistes con Grabiel anoche? 
Yo soy más mayor que tú. 
Contra más leas, menos faltas de ortografía harás. 
Pienso de que las cosas no van tan mal. 
Habían muchos coches allí. 
No creo que a esta hora haiga nadie en la calle. 
¿Cuála te gusta más? 
Esa colonia güele muy bien 
Hoy cumple ventitrés años. 
Tú lo hicistes un poco mejor. 
Ayer ganemos los dos partidos. 
Veniros aquí y sentaros un momento. 

 

1 comentario

l3on@Rd0 -

bueno me salvas la vida gracis